Emuladores y ROMs: ¿Son legales? Todo lo que necesitas saber

Hace ya muchos años que los emuladores se encuentran entre nosotros. Todo empezó cuando una serie de aficionados de mente inquieta descubrió cómo programar rutinas y métodos para modificar el comportamiento de los juegos clásicos. Así consiguieron acceder ilícitamente a las ROMs originales y extraer los archivos para ser ejecutados a través de un ordenador o CPU.


Es por esto que utilizar páginas para descargar ROMs y disfrutar de miles de juegos de las últimas tres décadas es una práctica teóricamente ilegal, no obstante, los repositorios de clásicos siguen rindiendo culto a todos ellos y distribuyendo dichos archivos.


¿Qué dicen las leyes, cuál es la situación a día de hoy y qué soluciones existen para los amantes de los juegos retro? Vamos a verlo.

Lo que dicen las leyes: ROMs no, emuladores sí

En un principio, la ley lo deja bastante claro: “sin la autorización expresa del poseedor de los derechos de autor, esta es una práctica ilegal”. Es decir, está prohibida la réplica, manipulación y uso del código de un juego original, en cualquiera de sus formas.

 

Sin embargo, los emuladores sí son legales, pues son aplicaciones que están programadas desde cero con su propio código, así que no reutilizan código del que la consola original pudo haber usado.

ejemplo emuladores

Por otro lado, las ROMs son archivos digitales (obtenidos vía ingeniería inversa) que necesitan de una BIOS y un firmware para ejecutarse. Reescribir dicho firmware es legal, pero si la ROM parte del código original, no, ya que este está protegido por copyright. La cosa cambia si somos dueños de ese juego y tenemos una consola original, entonces sí es legal obtener una copia mediante un proceso llamado dumping que, por cierto, es bastante difícil de llevar a cabo por las medidas de protección de los fabricantes. 

 

En resumen, por cuenta propia podemos obtener y usar copias, siempre y cuando hayamos pagado la licencia original previamente. Por cuenta ajena, si se consigue reproducir una BIOS y un firmware que funcionen de la misma forma que el original pero sin ser el original, no estaremos infringiendo ninguna ley de patentes o de copyright al descargar y ejecutar esas ROMs, pues son legales.

Lo que dicen las compañías: Si lo quieres, lo pagas

Como puedes imaginar, las editoras no están muy interesadas ni contentas con el uso de emuladores y ROMs. Una de las que ha adoptado una postura más intransigente y persecutoria ha sido Nintendo. La compañía nipona siempre ha defendido que las ROMs son ilegales y que los emuladores facilitan su uso, dañando así a los intereses de la industria.

 

Ya en 2003 demandó a una empresa de Hong Kong que vendía un dispositivo para respaldar juegos de Game Boy en PC. Y en 2009, ganó una demanda contra otra que fabricaba un cartucho que permitía jugar con ROMs de Nintendo DS descargadas de Internet.

“La introducción de emuladores creados para jugar ilegalmente a software de Nintendo representa la mayor amenaza hasta la fecha a los derechos de propiedad intelectual de los desarrolladores de videojuegos. Es irrelevante que alguien se beneficie o no de la distribución, estos promueven jugar con ROMs ilegales y no a juegos auténticos. Por tanto, no solo dificulta las ventas, sino que tiene el propósito y efecto contrario”.

¿Y de qué ventas habla Nintendo si los clásicos solo se pueden comprar de segunda mano? Pues de las de servicios digitales como Virtual Console y Nintendo Switch Online, o recopilatorios de oferta legal. Cansada del tema y aprovechando la nostalgia de los fans de la firma, en 2016 lanzó NES Classic Mini, una reproducción en miniatura de la mítica 8 bits que incluye 30 ROMs oficiales y licenciadas. Más tarde otras compañías como Atari, SEGA, SNK o SONY siguieron sus pasos para lanzar sus consolas retro mini.

Nintendo Virtual Console

Por su parte, Microsoft y SONY también se han esmerado en traer sus -clásicos pero no tanto- a la actualidad. Sus tiendas digitales cuentan con juegos retro que, gracias a programas de retrocompatibilidad, consiguen funcionar en la generación actual de consolas.

Lo que dicen los usuarios: Preservación a toda costa

En torno a este debate hay opiniones para todos los gustos. La principal premisa es que conseguir consolas antiguas y sus juegos a día de hoy, no es ni fácil ni barato. Cuantos más años pasan, más difíciles son de encontrar en buenas condiciones dentro del especulatorio mercado de la segunda mano y, por lo tanto, a mayor precio. Además, dado que su hardware ya está obsoleto, reparar consolas y cartuchos resulta complicado y caro, por lo que cada vez escasean más.


Bajo este pretexto, resulta lógico recurrir al uso de emuladores y ROMs para disfrutar de juegos clásicos e incluso salvarguardarlos del olvido y rendirles homenaje. Métodos no faltan, desde crear una consola Raspberry a comprar una consola retro, modificar el firmware de consolas originales que tengan una puerta de entrada (puerto USB o tarjeta SD) o utilizar suites de emulación.

mejores páginas para descargar roms

Casi todos esos métodos inciden en el uso de ROMs ilegales, sin embargo, existen formas de adquirir y poseer ROMs legalmente.

 

  • Si el propietario de los derechos de autor permite explícitamente que el juego esté disponible para dominio público.
  • Si los propietarios de los derechos de autor dejan de existir y los juegos quedan liberados (abandonware).
  • Si los derechos de autor de un juego vencen (75 años a partir de la fecha de publicación) y no se renuevan.
  • Si se obtiene la licencia y se usa en consolas retro de cartucho, como proponen las consolas Evercade.

¿Son legales las consolas retro?

La mayoría de consolas retro de fabricación actual utilizan suits de emuladores (recuerda, son legales) con ROMs incluidas que pueden ser legales e ilegales. A pesar de las advertencias de organismos como AEVI (Asociación Española de Videojuegos) existe una especie de limbo legal donde se permite -de momento- su libre comercialización.

Como sabes, la oferta de este mercado es muy amplia, y tiendas como Amazon o Aliexpress venden miles de ellas. Hay desde consolas prefabricadas muy baratas hasta otras que pueden superar los 300 euros. Hasta la fecha, comprarlas y utilizarlas en beneficio de las plataformas originales supone más un dilema moral que legal, a determinar por cada tipo de usuario.

Mejores Consolas Retro
consolas retro originales

Conclusiones finales sobre el uso de emuladores y ROMs

Son muchos los matices que hay en cuanto a la legalidad de emuladores y ROMs de juegos retro, pero para entenderlo fácilmente:

¿Son legales los emuladores?

. Existen sentencias que han respaldado la validez legal de estas aplicaciones en jurisdicciones como las de Reino Unido y Estados Unidos, entre otras. Dichas resoluciones determinaron que es legal implementar código para emular una consola en un ordenador, siempre y cuando para desarrollar dicho código no se manipule ni utilice el de las plataformas originales, algo que se soluciona con técnicas como la ingenería inversa.

¿Son legales las ROMs de las propias máquinas?

Sí y no. Algunas plataformas requieren de un archivo BIOS o un firmware para funcionar. Si estos se han conseguido a través de ingeniería inversa y logran que la plataforma emulada funcione igual que la original, será una opción legal. Sin embargo, si los emuladores no incluyen esa ROM, esto obliga a utilizar la del fabricante que está protegida por copyright. Para extraer esa ROM y utilizarla se deberá ser propietario de la plataforma a emular.

¿Son legales las ROMs de los juegos?

No. A efectos legales, la distribución, descarga y uso de ROMs en un emulador infiere en un delito contra la propiedad intelectual y, por tanto, recae una responsabilidad sobre violación al copyright de los juegos. Esto es así salvo en las excepciones que hemos visto anteriormente: si los creadores liberan el desarrollo, si el copyright deja de existir o expira, por adquisición legal de la licencia o si el propietario del juego hace su propia copia de seguridad y la usa, algo a lo que solo debería recurrir en caso de rotura o pérdida.

 

El “derecho” a descargar y usar una ROM por el hecho de poseer el juego original, nunca se aplica como excepción. Es una leyenda.